miércoles, 25 de diciembre de 2013

La Historia de la Navidad

El sonido crujiente y torpe de sus sandalias en la arena era lo más cercano a sus oídos. Una jovencita embarazada y su prometido, rompiendo la oscuridad para llegar a un pequeño y despreciado pueblo: Belén... Cientos de personas alrededor caminando para ser contados en el censo, pero sintiéndose solos por la promesa que habían recibido: "María dará a luz un hijo"... Ya sin preguntar cómo podría ser, ni qué harían cuando el vientre delatara la presencia de un bebé. Ya no había cómo esconderlo y era conocida la reacción de todo el que escuchaba la historia... ¿una virgen embarazada con el Hijo de Dios?

La presión se hizo inaguantable... Sudor comenzó a humedecer el rostro de la joven mientras que con sus manos inexpertas acariciaba su vientre tratando de calmar el dolor... quejidos se unieron a los sonidos de aquella noche y de pronto los planes habían cambiado... Finalmente conocerían a su hijo... o al Hijo de Dios... a ambos... no tenían nada que ofrecer, o más bien, con mucho que ofrecer no tenían con qué pagar... y junto a animales... en un establo tuvieron que posar.

Corrió la voz... Un grupo de pálidos pastores, contaban como en la soledad... en las afueras... junto a cientos de ovejas... un ángel hablaba de el nacimiento de un bebé... su "Salvador" en un pequeño establo... como cuna un pesebre desalojado de comida de animales... "lo encontrarán..." como si debían dejarlo todo para ir a conocerle... y de pronto el sonido del silencio del desierto, se llenó de voces angelicales proclamando "gloria a Dios...paz a los hombres..." 

El cielo brillaba más de lo común... o más bien, una estrella... inquieta... como si ausente de voz gritara con su brillante luz... "Ha nacido... Ha nacido..."

No puedo ni pensar qué podrían haber pensado María y José... "¿El Hijo de Dios?"... "¿Un pesebre?"... "¿Entre animales?"... "¿Salvador siendo tan indefenso?"... Como respuesta a sus preguntas, se escucharon los pasos apresurados de unos pastores... con asombro inexplicable, hablaban de un ángel que los había dirigido a aquel lugar para conocer a su "Salvador"... y acto seguido, corrieron a contar lo acontecido y no dejaban de hablar de eso...era como si sus palabras tropezaban en sus bocas al salir... y es que una vez que conoces a Jesús... simplemente no puedes quedarte callado... Jesús es mensaje que compartir...

Tres hombres... sabios o reyes... no sabían... pero definitivamente no eran pastores... dijeron haber sido guiados por una estrella... la misma estrella que iluminó la soledad del desierto para los jóvenes José y María... se postraron y adoraron al bebé... "Se da besos y se hace cosquillas a un bebé... no te arrodillas frente a el"... pero es que una vez que conoces a Jesús... simplemente no puedes quedarte de pie... Jesús es un Rey a quien adorar.

Y así se inició la Natividad... La Navidad... La celebración del cumpleaños de Jesús... La celebración del increíble amor de Dios irrumpiendo en nuestra dimensión... paralizando su eternidad... colocando a la poderosa divinidad en un cuerpecito de escaso peso... Poder incontenible, contenido... El Omnipresencia, atrapada en pañales... Majestad sucia de comida de animales... Amor increíble en el llanto de un bebé... y como testigos, dos jóvenes, un grupo de pastores, lo más bajo de la sociedad... y unos sabios extranjeros... TODOS siendo deslumbrados por la luz de Jesús... luz que robó la atención de aquella estrella indiscreta... para volcar miradas al recién nacido... a Emmanuel... Dios con nosotros...

Que en esta Navidad no olvidemos celebrar, no sólo la fiesta de cumpleaños, sino celebrar al cumpleañero... Que no lo enviemos a una posada... o un establo... ni lo acostemos en un pesebre... sino que recordemos que nuestro corazón es la cuna que busca el Salvador y que no hay que dejarse deslumbrar por luces ladronas de atención porque la luz más brillante y preciosa hoy busca brillar en y a través de nosotros... 

Que en esta Navidad abramos nuestro corazón a Jesús, pero también a cada persona necesitada que deambula sin un lugar para posar... Que abramos una silla en nuestra mesa para alguien sin familia o sin comida... Que abramos nuestro hogar para "uno de esos pequeñitos" porque al abrir para ellos, "a mi lo hiciste", dice Jesús...

Que podamos recordar que la primera Navidad no se celebró en tiendas, ni en aeropuertos, ni en conciertos... ni siquiera en una Iglesia... La primera Navidad fue celebrada frente a la sorpresa de dos jóvenes que habían decido dejarlo todo, por aquel que lo había dejado todo por ellos... Que los villancicos que escuchó Jesús, fueron interpretados por animales de corral... y que el centro de todo, no es una mesa de comida, sino un bebé... El Hijo de Dios... El Salvador... Emmanuel... Dios con nosotros...

Que recordemos que la Navidad no es "nosotros con nosotros", sino Dios con nosotros...

Dios mismo les va a dar una señal: La joven está embarazada, y pronto tendrá un hijo, al que pondrá por nombre Emanuel, es decir, “Dios con nosotros”.

No vacíes tu vida de Jesús... Corre... Ya no está envuelto en pañales, más con ropas reales te espera para restaurarte... Ya no lo rodean animales, más gloria esplendorosa es su habitat y aquella estrella, no brilla más... porque Jesús... lucero de la mañana... brilla con luz sin par.

Feliz Navidad... Navidad es Jesús...

JUST SAYING!!!

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