Esta mañana cuando llevaba a mi niña Camila a la escuela, ella veía nuevamente las fotos del accidente del jueves donde se cortó la frente y tuvieron que darle 4 puntos de sutura. La oía quejarse: "Ouch..." "Eowww..." "Mira, mira papitoh... Uyyy..." Luego me dijo: "Papi, me voy a quitar esto que me queda"... refiriéndose a unas benditas que mantienen la herida cerrada... Le dije: "Esta noche la podemos quitar..."
Conversando le dije:
David: Que bueno fue Dios que te sanó rápido... Tu fuiste muy fuerte...
Camila: No me pusieron una puya.
David: Si... Dios es bueno...
Camila: Yo te lo dije y a mamitah que no me iban a poner una puya.
Ahí fue que recordé... Esa noche, Camila decía constantemente: "No quiero puya"... pero luego eso cambió a: "No me van a poner una puya." Camila confió en que no le pondrían una puya. Una vez más Camila me dio una lección...
Y El les dijo: “Por la poca fe de ustedes; porque en verdad les digo que si tienen fe como un grano de mostaza, dirán a este monte: ‘Pásate de aquí allá,’ y se pasará; y nada les será imposible.
Mi niña de 4 años me hizo recordar que una fe en Dios pequeñita puede hacer un milagro posible, porque no se trata del tamaño de la fe, sino del tamaño del objeto de nuestra fe... y Dios no es para nada pequeño.
Lo nuevo que aprendí de Camila es que no importa que mi fe sea pequeña, sino que no importa que YO sea chiquito. NUNCA es demasiado temprano para confiar en Dios y NADA es demasiado insignificante como para no confiarlo en las manos del Dios que se hizo hombre en Jesús por amor a ti.
¿Porqué no comenzar hoy a confiar a Dios aún lo más pequeño que pensemos y a pesar de que nos sintamos pequeños e insignificantes? Camila recibió su milagro y hoy da testimonio... ¿será que debemos ser como niños? Oh! Espera... Jesús también habló de eso.
y dijo: “En verdad les digo que si no se convierten y se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos.
JUST SAYING!!!
Pastor D... y Camila
David Pimentel
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