Anoche mientras Yokasta cocinaba y yo fregaba, Camila quiso "ayudarnos". Le pedimos fuera a la sala a ver televisión porque la cocina era "peligrosa". Unos minutos después escuchamos un grito desesperado de Camila, corrí a la sala y estaba agarrando su frente. La cargué e inmediatamente cayó sangre en mi pecho. Ahí entendí que algo estaba mal... Yokasta agarró hielo y servilletas para parar su sangre mientras yo corrí y recogí lo que necesitaríamos en el hospital.
Camila llegó tranquila al hospital y sólo le preocupaba una cosa: Que no le pusieran una puya... Eso me preocupaba porque la herida es profunda y sabía que la iban a suturar. Al final, Dios se la lució como siempre... pudieron adormecer la frente con anestesia en crema y calmaron a Camila con anestesia por la nariz...
Hoy Camila despertó radiante y completamente bien... Es tan fuerte como mamita.
¿Porqué le cuento esto? En estas últimas semanas me he dado cuenta de algo: Donde quiera que vamos con nuestra hija Camila, nos felicitan por ser bien portada, obediente, tranquila... En todas las ocasiones, he notado una satisfacción en el rostro de mi esposa Yokasta. Anoche, fue otra de esas ocasiones... Camila estuvo tranquila, no fue grosera, no manoteó a los doctores... se portó como una campeona... Al final, todos nos felicitaron por una niña tan fuerte, valiente y bien portada.
"Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da."
El segundo domingo de mayo se celebra en los Estados Unidos el día de las madres. En muchos de nuestro países, se celebra el último domingo de mayo. Es un fin de semana simbólico en el que muchos hijos se siente en un tipo de presión social que los obliga a regalarle y hacer cosas "especiales" con sus madres. No digo que tenga nada de malo, de hecho entiendo que si algo necesitamos como sociedad es celebrar los buenos valores como honrar a nuestras madres y padres en sus días.
PERO, quiero proponer algo diferente... Seamos nosotros el regalo para nuestra madre... Traigamos alegría, tranquilidad, esperanza, orgullo y honra a nuestras madres, a través de un estilo de vida... Seamos obedientes, cariñosos... Estemos presentes para ella... Seamos el regalo de nuestras madres... Después de todo ellas han sido el mejor regalo que Dios nos ha dado.
- Mami, Carmen, las circunstancias han hecho que mi amor sea distante. Se hizo corto el abrazo y larga la espera. Te mando mi amor viejita. Te amo.
- Yoky, eres la mejor madre que conozco. No hay nadie en este mundo a quien hubiera confiado la crianza de mi bebé. Eres extraordinaria. Te amo.
- Mi suegra Ema, es mi segunda madre. Ejemplo de amor.
JUST SAYING!!!
Pastor D
David Pimentel
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