Hace un poco presencié una experiencia q impacto mi vida de una manera impresionante, y comenzó a cuestionar mi corazón y mi razón de hacer ministerio de manera muy radical. Era la toma de decision del cierre de una iglesia, por diversas razones. Esta iglesia iba a estar cerrada hasta que encontraran un pastor al cual se pudiera colocar.
En el lugar, estaban alli representantes de esa comunidad llorando y rogando que por favor no se cerrara dicha iglesia. Pero no el gobernador, ni ningún representante de estado. Alli estaba una prostituta que por ayuda de la iglesia su vida habia sido transformada, también diferentes homeless a los cuales la iglesia sustentaba con ropas y comida. Habia un empresario que llorando suplicaba y decia que el iba a dar el dinero que fuera necesario para que la iglesia permaneciera abierta, porque su vida y la de su familia había sido transformada a través de esta iglesia.
Para mi fue
impresionante que una iglesia tan “administravamente problemática” habria
causado un impacto en su comunidad tal, que personas lloraran, suplicaran y
estuvieran dispuestos a hacer lo que fuere para que permanezca activa.
Lloré le pedi
perdón a Dios, y esto tiene mi corazón tan conmicionado en estos días, que
ayer comence a confrontarme y en oración preguntarle a Dios: “si yo decido
cerrar mi vida, Dios habrá causado algún impacto significativo en las vidas de
los que me rodean?”.
Como todos ya
saben, soy muy ocupado. Tengo un trabajo secular, además de que trabajo en el ministerio
podría decir que “tiempo completo”. Y qué decir de que soy esposo y padre,
también “tiempo completo”.
Ayer analicé
toda mi vida como una película, y creanme la vi “administrativamente
problematica”… LOL. La primera decisión que tomé fue cerrar todos los capítulos
y comenzar a ordenarlos. Así que decidí por mis reales prioridades: Mi esposa,
mi hija. Determiné que dedicarles más tiempo a ellas, me ayudaría a lograr
salud emocional entre nosotros de tal modo, que eventualmente me ayudará a
desarrollar otras áreas en mi vida como “Just Saying”, “Pastorado”, Etc…
No todos vieron el mensaje que publiqué anoche “Hasta Luego”, anunciando que dejaría de escribir debido a la gran cantidad de ocupaciones que estoy teniendo y el poco tiempo de calidad que le estoy dando a mi hija y mi esposa. Quiero ser transparente, porque si Dios me ha prestado sus ojos y oídos, no debo sólo mostrar el glamour del llamado, pero el "El Llamado". Fué una decisión difícil y tan
dolorosa que frustrado me acosté a las 9:00 p.m… Ni enfermo me acuesto tan temprano…
LOL.
Anoche me sentí abrumado... Simplemente demasiadas cosas sucediendo y me sentí muy incapaz. Me paseé por la oscura vereda de la comparación, tropecé y me caí, pero Dios envío a mi esposa con la luz de Su Palabra para rescatarme... Y para sellarlo, mi amiga Jeamilet Alcántara, mandó el texto que siempre envía en las mañanas... No decía nada especial o nuevo, pero venía de alguien muy especial.
Para mi
sorpresa, hoy mi esposa y yo nos levantamos más temprano que todos los días.
Tuvimos una saludable conversación, la cual concluímos con un pasaje bíblico
que a ella le había tocado en su plan de lectura personal. Porqué menciono sorpresa?
Porque pensé que mi esposa me aplaudiría que yo dejara de escribir porque esto
me “roba” tiempo con ella y con nuestra niña. Así que pensé que el impacto que
causaría en mi esposa con el cierre de JUST SAYING iba a ser positivo. Pero fue
todo lo contrario. Mi esposa se entristeció profundamente y me suplicó con lágrimas
en los ojos que por favor no dejara de escribir. Que para ella Just Saying representa la
palabra de Dios en el hombre que Dios le ha dado, y representa cuidado de su
alma, mente y corazón. Que através de esta lectura, cada mañana ella se
encuentra con un Dios adsequible y fácil de tartar y entender… Wow, esto me
sorprendió tanto… y otra sorpresa que me llevé es que mi esposa en la madrugada entro a todas mis cuentas donde publico el blog y borró mi post "Hasta Luego" y reactivó mi page de JUST SAYING... Qué bueno es que tu esposa tenga tu "password" ¿verdad?
Entre las palabras de mi esposa, los mensajes de algunos de ustedes, y la lectura que leímos esta mañana, Dios me confirmó cual es el impacto que quiere causar a través de lo que hago. Muchos con nuestros ministerios queremos impactar fuera, en las naciones. Tener un alcance y una fama de miles, y olvidamos el impacto que Dios quiere causar dentro.
No puedo negarles. Soy humano. Todos queremos tener éxito y ser famosos. Todos queremos llegar a ser aclamados por muchos, ser figuras públicas, pero después terminamos ocultándonos tras lentes oscuros, secretarias, managers y cuantas cosas, porque en realidad lo más cercano humanamente hablando, que experimentamos similar a ser "dioses", es ser famosos y admirados... y, como no nacimos para manejar esa "gloria", es muy fácil "perder la cabeza". Recibir aplausos, halagos, ser invitado a predicar o hablar, son honores que pronto se convierten en prendas que mostramos y más temprano que tarde, se convierten en alimento... y es ahí donde "perdemos la cabeza".
Para colmo de todo, como les dije Dios me terminó de matar con el pasaje que tenía guardada en el plan de lectura personal de mi esposa. Marcos 1. Hay muchas enseñanzas en ese pasaje, pero son todas sobre Jesús... La Biblia es acerca de Jesús. El ministerio es acerca de Jesús.
Corremos a eventos para ver a don "Apóstol" para que nos grite la Palabra de Dios y con un toque de sus manos humanas, nos "haga sentir el cielo"... Anoche me pasaron por la mente muchos "ministros", muchos hombres y mujeres que son usados por Dios grandemente... y en un momento, me olvidé que no se trata de mi, sino de Jesús.
Les comparto la historia que me hizo volver a escribir:
Nueva Versión Internacional (NVI)
1 Comienzo del evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios.2 Sucedió como está escrito en el profeta Isaías: «Yo estoy por enviar a mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino.» 3 «Voz de uno que grita en el desierto: "Preparen el camino del Señor, háganle sendas derechas." »
4 Así se presentó Juan, bautizando en el desierto y predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados.5 Toda la gente de la región de Judea y de la ciudad de Jerusalén acudía a él. Cuando confesaban sus pecados, él los bautizaba en el río Jordán.6 La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello. Llevaba puesto un cinturón de cuero, y comía langostas y miel silvestre.7 Predicaba de esta manera: «Después de mí viene uno más poderoso que yo; ni siquiera merezco agacharme para desatar la correa de sus sandalias.8 Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo.»
No hay un "Evangelio según San Juan el Bautista". No hay un libro que se llame "La Dieta de Juan el Bautista". No hay un templo, ni siquiera seguidores... Sin embargo, Juan el bautista era el cumplimiento de una profecía Bíblica... "Mi mensajero... preparará tu camino". Juan el bautista era un "segundo".
Creo que hay mayor mérito en aprender a ser un "segundo", más que en ser el "primero". Al "primero", la gente lo acepta y punto... Es el "primero". Al "tercero" nadie lo mira o por lo menos, no como competente. Pero... el "segundo", siempre genera la pregunta: ¿Porqué no es el primero?... y los "segundos" saben eso. Juan era un "segundo", pero amaba ser un "segundo"... porque el sabía que ese era su llamado.
Si Juan el bautista se hubiera movido por el éxito y por el apoyo de la gente... quizás hubiera llegado a ser "primero", pero siendo "primero", no hubiera sido ungido ni elegido... no hubiera estado cumpliendo su propósito... y lo importante es el propósito, no los resultados. Un zapato puede hacer entrar un clavo dentro de la madera, pero sólo un martillo puede martillar asegurando que el clavo no se saldrá.
Juan aceptó su llamado y vivió a la altura de un elegido. Eligió que Dios le vistiera con pieles de animales y comía del bosque para ni siquiera invertir tiempo cocinando, ni saliendo a buscar algo "mejor"... No perdió tiempo... y cuando Jesús vino a su encuentro, lo halló cumpliendo el propósito por el cual había nacido... Que gozo y que increíble privilegio.
Mi reflexión: Dios ayúdame a encontrar mi propósito y mi lugar... porque es ahí donde quiero estar. Hoy entendí que "JUST SAYING" no es mi blog... es mi escoba para barrer y limpiar el camino en el corazón de la gente, para que cuando mi Rey venga, encuentre menos escombros y basura para entrar. Segundo, tercero, cuarto o cualquiera, pero llamado y elegido... en lo poco o en lo mucho, quiero que cuando Jesús me encuentre, me halle haciendo aquello para lo cual El mismo me creó.
Si sigues leyendo la historia de Juan el bautista, te darás cuenta que literalmente perdió la cabeza por abrirle paso y darle gloria a Jesús... Que Dios nos cuide y no permita que nosotros perdamos la cabeza por lo contrario.
JUST SAYING!!!