El jueves en la noche nos pasó algo muy interesante al intentar pasar por el chequeo de seguridad del aeropuerto Logan en la ciudad de Boston. Como latinos, casi todos tenemos dos nombres y dos apellidos. Estos nombres extra-large provocan caos en los sistemas informáticos norteamericanos donde las personas se llaman: John Smith, Peter Burke, Michael Brown. Cuando tratas de escribir Fulgencio de la Caridad Martínez Osorio, donde sólo caben dos o máximo tres palabras, entonces hay problemas como el que tuvimos ayer.
Debido a que Yokasta y yo tenemos dos nombres y dos apellidos cada uno, tengo por costumbre llenar los formularios con ambos nombres y ambos apellidos para evitar confusiones, sobre todo con Yoky a quien le han sumado el “de Pimentel” agregándole un tercer apellido en nuestro país. Por alguna razón, en el Pase de Abordar de la aerolínea por la que viajamos normalmente, el nombre de Yoky aparecía como: “SALDANA GUZMA/Y”, esto es su apellido paterno más el apellido materno sin la última letra más la primera letra de su nombre. Cuando el oficial le pidió su ID, simplemente el nombre no era consistente con el descrito en el Pase de Abordar. O sea que los documentos de Yoky están como siguen:
- Licencia de Conducir: Yokasta Saldana
- Pasaporte: Yokasta Alexandra Saldana de Pimentel
- Ticket de Vuelo: Yokasta Saldana Guzman
- Pase de Abordar: Y. Saldana Guzman
Como “Y” no es igual a Yokasta, simplemente no podían dejarnos pasar y llamaron a un supervisor. Por primera vez di gracias a Dios por el tamaño de la cartera de Yoky, ya que encontró un ID de membresía vencido, pero con el nombre: Yokasta Saldana Guzman coordinando con el ticket de vuelo y confirmando su identidad.
Ayer hablamos del nombre. Hoy quiero decirte: Cuando Dios llama y te da un nombre, ese nombre debe ser el mismo en todos los lugares donde vas y debe ser consistente con tu imagen o testimonio, o sea con tu estilo de vida y con la manera en que te desenvuelves en todos los círculos en que Dios te ha permitido estar.
Mi reflexión para hoy es que llevemos el mismo ID a todas partes siendo identificados como hijos de Dios adonde quiera que vayamos. No podemos estar comportándonos de una manera en la calle y de otra en la casa. Como dicen por ahí: “Claridad de calle y oscuridad de la casa”. Nuestra conducta debe reflejar en todo ámbito y situación que hemos sido llamados por Dios, que hemos aceptado el llamado y que vivimos un estilo de vida que da gloria a Su nombre.
¿Qué foto tiene tu ID?
JUST SAYING!!!
Dios te bendiga,
Pastor D
David Pimentel
1 comments:
me encanto la simplesa y a la misma profundidad y dinamismo de este devocional!! hay que ser el mismo dentro y fuera :)
Publicar un comentario