miércoles, 24 de julio de 2013

Regenerados


Sé que muchos de los que leerán esta reflexión, al igual que yo cazaron lagartos cuando pequeños. No voy a describir los métodos, pero iban desde "armas" punzantes lanzadas, trampas y hasta el intento directo de agarrarlos. Muchos lagartos sufrieron estos secuestros y muchos incluso perdieron partes de su cuerpo... ya fuera una pata o hasta la cola.

Pero lo más divertido y sorprendente no era sólo ver cómo las patitas o la cola se mantenían en movimiento por la alta concentración de nervios, sino ver cómo estos lagartos regeneraban sus miembros perdidos con el pasar del tiempo. Se llama Regeneración Celular.

¿Cuántas veces anhelé tener esa capacidad? Sólo me imaginaba perdiendo un brazo y verlo regenerarse... No me juzguen... Realmente sería chévere... Lástima que sólo se regeneraría lo físico... pero ¿qué hay de lo espiritual?... el cuerpo muere y ¿desaparece?... ¿qué hay de aquello que dura para siempre?

Hay algo que siempre sucede... El tronco del lagarto unido a su cabeza, puede regenerar aún las cuatro patas y la cola, pero nunca una cola regeneró a otro lagarto... es igual con nosotros.

3 Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros. 4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y Su amor hacia la humanidad, 5 El nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a Su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo, 6 que El derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador, 7 para que justificados por Su gracia fuéramos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna.

Una vez aceptamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador... una vez iniciamos una relación con Jesús el Hijo de Dios inicia un proceso de regeneración en nuestras vidas. 

Dios no cambia tu cuerpo ni tu vida por otra... El amor de Jesús cambia las intenciones de tu corazón y desde adentro hacia afuera regenera quien eres...

Es nuestra responsabilidad mantenernos unidos al tronco y cabeza que es Jesús... Tu y yo somos patas y colas... en nosotros mismos sólo hay un sistema nervioso defectuoso que nos hará saltar y movernos de manera errática, pero es unidos al cuerpo y a la cabeza que es Cristo, encontramos nuestra razón... Es unidos a Cristo que aún pasando por duras roturas en nuestras vidas, puede regenerarse el amor, la compasión, la esperanza, la humildad, la generosidad...

Nosotros, tal y como nosotros... no siempre estamos conscientes que estamos pegados a un cuerpo y una cabeza, pero basta desconectarnos para ver que sin conexión somos inútiles y estamos destinados a dormir...

Conéctate y deja que Jesús regenere en ti todo lo que ha sido mutilado... Déjalo que te regenere en el mejor "tu" que jamás ha existido.

JUST SAYING!!!

Pastor D

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