Antes de cenar, oramos y dimos gracias por tener alimentos y celebramos que mi niña ya no tendrá que tomar más anti-alérgicos… pero algo faltó. Camila dijo: "Papi, oremos por mamitah… por su muela" Mi esposa Yokasta ha tenido varios días con dolor de muela después de haber ido al dentista… contradictorio ¿no?… Entonces le dije a Camila: "Ora por mamitah", nos tomamos de las manos nuevamente y cerramos nuestros ojos. Camila oró: "Gracias Señor porque a mamitah le duele su diente. En el Nombre de Jesús."
¿Cuándo fue la última vez que oré dando gracias a Dios por mi "dolor de diente" confiando en que la bondad de Dios puede sanarme y Su misericordia duele por mi al provenir de mi Padre celestial? No estoy hablando de convertirnos en masoquistas, pero realmente me pregunto si nuestra fe y confianza en Dios no debe traducirse en un agradecimiento que anteceda a la queja o al lamento… No hablo de eliminar eliminar nuestras expresiones de dolor, pero hablo de que al expresar nuestro dolor lo expresemos en agradecimiento, conociendo y confiando en la fidelidad y bondad de Dios… que por cierto, ya fue demostrada en la cruz. "Gracias Dios por mi dolor de diente"… y agregar a esa oración… "Me duele inaguantablemente, pero ayúdame a aprender la lección que tienes para mi"…
Elijo agradecimiento en vez de queja. Elijo esperanza en vez de desesperación… Elijo confianza en vez de vías humanas alternas… Elijo la vía dolorosa en vez de los atajos… Elijo a Jesús en vez de a mi… Elijo decir "gracias por mi dolor", elijo decir "gracias por nada" aunque parezca no ser cierto, porque sé que a la larga TODO tendrá sentido y propósito.
17 Ciertamente nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiente. Y de su mano, oh rey, nos librará. 18 Pero si no lo hace, ha de saber, oh rey, que no serviremos a sus dioses ni adoraremos la estatua de oro que ha levantado.”
JUST SAYING!!!
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