Cuando era adolescente, me encantaba jugar la siguiente travesura: Me detenía en una esquina cualquiera y miraba hacia el cielo con cara de curiosidad y preocupación... pronto comenzaba a ver como las personas miraban hacia arriba... en ocasiones, alguien se detenía y con disimulo, trataba de ver lo que yo veía... pero lo mejor fue cuando un día, se detuvo junto a mi alguien y comentó acerca de lo que el pensaba que yo veía.
Esta broma me hizo pensar en cómo dos personas pueden estar mirando hacia el mismo lugar y aún estar mirando cosas diferentes... Incluso, cómo uno de ellos puede no estar viendo nada, en este caso yo, y lograr que otros "vean" algo donde no hay... y esto, aún dentro de la Iglesia.
Muchos nos dejamos "hipnotizar" por el carisma de una persona... por su gracia... por la manera en que Dios lo usa... y de pronto, nos hacemos fan del siervo y no del maestro. Esto se complica cuando ese "siervo", en realidad busca tener seguidores y no hacer discípulos de Jesús.
En ocasiones se nos olvida que quien hace algo para Dios, debe hacerlo para atraer la atención hacia Dios y no lejos de El... Que somos como una linterna o foco, que sólo es usada para alumbrar el camino, pero no es el camino en si.
Hay un antiguo proverbio oriental que dice: "El sabio señala la luna y el necio mira el dedo"...
Cuando veas a alguien hacer algo "bien" para Dios... recuerda que sólo es un foco alumbrando el camino... es un dedo señalando a la luna... no seamos necios y no adoremos el foco, ni adoremos el dedo... miremos a Dios que es a quien le debemos alabanza y adoración.
9 ¿Acaso le da las gracias al siervo porque hizo lo que se le ordenó? 10 Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les ha ordenado, digan: ‘Siervos inútiles somos; hemos hecho sólo lo que debíamos haber hecho.’”
JUST SAYING!!!
Pastor D
David Pimentel
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