Un señor de edad muy avanzada vio partir a su único hijo. El muchacho había decidido infiltrase en una comunidad hostil como reto para ejercitar y poner en práctica su fe. Este muchacho había decidido hacer una diferencia en las tremendamente disfuncionales personas de aquel lugar sin esperanza.
El muchacho fue recibido por una pareja joven que le dio albergue y lo criaron como propio. La actitud y candidez del muchacho fue notoria desde el inicio. Simplemente cautivaba a las personas. Muchas veces con duras reprimendas, pero con un profundo compromiso con su fe, se dirigía a las personas causándole gran choque. Muchos decidieron alejarse de su mal vivir, mientras que otros sólo crecieron en resentimiento... un resentimiento que los llevó a tejer oscuras marañas tratando de afectar la reputación del joven.
Con el tiempo, los ánimos se caldearon al notar que, el ahora hombre, no parecía ajustarse o someterse a las leyes sociales del lugar... pero no era cierto. El hombre era intachable y sumiso a las autoridades, sólo que su autoridad mayor provenía de otra parte... del Dios de su fe.
Los líderes gubernamentales temían una revuelta política que llevara al derrocamiento del gobierno actual. Los líderes religiosos no soportaban seguir siendo expuestos por las duras verdades recubiertas de amor que cortaban los aires cuando aquel hombre extranjero hablaba. Los seguidores parecían cada vez más comprometidos a dejarlo todo para seguir aquella "nueva fe".
Hasta que un día... en una redada nocturna e ilegal, fue llevado bajo traición de uno de sus seguidores y enjuiciado de manera ilegal y secreta... condenado a muerte por... nada... o más bien... por todo... por ser bueno.
Su padre lloró su muerte. Pesadas lágrimas cayeron a tierra provocando un terremoto de emociones. ¿Su respuesta? Se movió en espíritu al lugar y comenzó a hacer presente las enseñanzas de su hijo en los corazones que aceptaban su fe. Todos estaban sorprendidos... No hubo venganza... Sólo un "Exagerado Amor" que extendió las enseñanzas y fe de aquel joven extranjero que caminó trayendo vida y esperanza...
Su nombre fue Jesús... y el punto cúspide de la historia es que resucitó y hoy vive para que tu y yo no tengamos que morir. Y el Padre... Dios... envió su propio Espíritu Santo, para sellar las enseñanzas de Su Hijo en nuestros corazones... y para llevarnos de regreso a la cruz, cada vez que decidamos "crucificar" a Jesús con nuestras acciones... No para culparnos, pero para que recordemos que YA fue pagado el precio de nuestra culpa... Que su "Exagerado Amor" no sólo cubría nuestro pasado, sino que llena de propósito nuestro presente para llenar nuestro futuro de esperanza.
¿Cómo no aceptar ese "Exagerado Amor"? Piénsalo mientras escuchas y ves el video... Tiene imágenes fuertes, pero verdaderas...
JUST SAYING!!!
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