jueves, 4 de agosto de 2011

Perdón

La falta de perdón es una autocárcel. Es beber tu mismo el veneno. Es un Harakiri.

Imagina que ves a alguien tirar basura a la calle. Esto no te gusta y te molesta mucho. No le dices nada a la persona, pero tomas la basura y la metes en tu carro. Imagina cuánta basura habría en tu carro al final del día... al final de un mes... al final de un año. Imagina que tan incómodo será para tus amigos estar contigo en tu carro.

Por cómico que parezca, es lo que hacemos con las ofensas de otras personas. Tomamos el desperdicio que la otra persona tiró, lo tomamos ensuciándonos las manos y lo guardamos en nuestro corazón convirtiéndolo en un zafacón de malas actitudes, malas palabras, desprecio, desamor, rechazo. Sólo imagina lo incómodo que será para tus amigos estar en tu corazón... o cerca de ti... el mal olor los va a espantar... la amargura los va a distanciar.

La Biblia dice: "Cuida tu corazón más que otra cosa, porque él es la fuente de la vida." (Proverbios 4:23 RVC).

También dice: "La gente buena siempre hace el bien, porque el bien habita en su corazón. La gente mala siempre hace el mal, porque en su corazón está el mal. Las palabras que salen de tu boca muestran lo que hay en tu corazón." (Lucas 6:45 - TLA)

Nuestro corazón es el destino de todas las situaciones de nuestra vida. Aunque no querramos, nuestro corazón sufre o celebra TODO lo que vivimos, pero como no lo cuidamos, y en ocasiones ni lo tenemos pendiente, permitimos TODO tipo de basura en el y los que están a nuestro alrededor reciben el mal olor.

Suena lindo: "Perdona". Suena inspirador: "Perdona tal y como Jesús te perdonó". El problema es que perdonar no es fácil, pero es lo correcto. Perdonar no está a la moda, pero hará que las personas te valoren y quieran estar junto a ti.

Nuestro problema con el perdón es que nos han dicho que para perdonar hay que quitarle peso a la ofensa, pero eso es simplemente mentira.

Jesús en la cruz NO dijo: "Ay Padre, eso no es nada...", "Ay Padre... no digas eso... el no me escupió... el estornudó cerca de mi." "Padre, el no me clavó la lanza... fue que tropezó".

Jesús en la cruz NUNCA minimiza NADA de lo que le están haciendo. La grandeza de Jesús está en que ni siquiera menciona lo que le hacen, sino que los perdona y hasta les pide a Dios que los perdone "porque no saben lo que hacen".

La virtud de perdonar no está en minimizar la ofensa, sino en maximizar el amor. Se decide perdonar antes de ser ofendido porque el perdón no es una actitud frente a UNA situación, el perdón es una actitud frente a la vida.


JUST SAYING!!!

Dios te bendiga,

Pastor D
David Pimentel
http://davidforgiven.blogspot.com
davidforgiven@gmail.com
@davidjustsaying
@adavidpimentel

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