Nací y crecí en la Ciudad Colonial en República Dominicana. Para los años 90, recuerdo una gran crisis energética que sufrimos como país... y que personalmente creo que no hemos superado... El servicio eléctrico se interrumpía por 8 y hasta 14 horas consecutivas. No tenía iPod, ni iPad, ni láptop... Sólo radio de transistores...
Había un programa radial que mi padre escuchaba que desde el nombre era un fraude: "100 Canciones y 1 Millón de Recuerdos"... Fraude, porque se suponía que era un conteo de 100 canciones en orden descendente, pero la realidad es que el locutor saltaba, a veces, hasta por 10 canciones... Era divertido sumar cuántas canciones REALMENTE fueron transmitidas cada noche... pero después de un par de noches, el calor, los mosquitos, el aburrimiento... provocaban a explorar otras opciones que nos salvaran del desquicio.
Yo tenía mi propio pequeño radio, pero mi interés no era escuchar lo que todos tenían... Quería más... Quería escuchar una emisora "de afuera" o en inglés. Era posible... Con las estrategias correctas. Con precisión militar se movían la antena y el botón del dial, cambiando las estaciones hasta percibir un tenue sonido fuera de lo común. Podía durar horas buscando la ubicación perfecta. A veces quedaba en situaciones incómodas. Una que otra vez, tendría que cruzar hasta la acera del frente... pero, cada noche... escuchaba un poco de ese mundo a cientos de kilómetros... me conectaba a una emisora americana.
¿Sabes que nuestro corazón funciona de la misma manera? Puedes limitarte a un programa mediocre que te "roba" canciones... o puedes moverte y comprometer todo tu ser a tratar de conectarte a esa emisora "de afuera"... la emisora de Dios. Mente, Cuerpo y espíritu involucrados en la tarea de conectarnos con el exterior.
Hoy viernes te invito a que sincronices tu mente, cuerpo y espíritu para que puedas escuchar la voz de Dios. No permitas que emisoras baratas roben tu atención y te hagan perder el tiempo... y sobre todo te hagan perder de nuevas canciones en el idioma celestial.
No hay mejor Disc Jockey que Dios... El podrá, no sólo lo que quieres oír, pero también lo que necesitas oír... Al final... Querrás que nada rompa tu conexión, ni siquiera que se restablezca el servicio eléctrico... Sólo te importará prestar atención a Dios y dejar que el amenice con su música "de fuera".
JUST SAYING!!!
Dios te bendiga,
Pastor D
David Pimentel
1 comments:
Wow, qué lindo!!!!
Qué gran bendición!!!!!
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