El que me conoce, sabe que me conoce sabe que para mi, comer mandarinas es toda una experiencia... Es mi fruta favorita y me gusta comer... bastantes mandarinas en una sentada. Ayer encontré mandarinas en el supermercado, después de un par de semanas y, en la noche, Yokasta y Camila subieron para dormir... yo me quedé en la sala para comer unas cuantas antes de dormir...
Después de unos 10 minutos, Camila bajó y desde la escalera duró unos 3 minutos contando historias al aire... Me miraba de vez en cuando, pero parecía que no me hablaba a mi... De pronto, vio que metí a mi boca un pedazo de mandarina y me preguntó: "¿Qué tu come papitoh?"... Ella sabía lo que yo estaba comiendo y ella también es fanática de las mandarinas... Le contesté: "Mandarinas mi amor"... "Ohhhh" Me dijo Camila... Dio la vuelta y subió.
Después de unos minutos, Camila bajó nuevamente y comenzó a hablar nuevamente... por unos minutos conversó acerca de todo un poco, pero igual que la primera vez, me miraba, pero no como si hablara conmigo, sino como si quisiera que yo la invitara a venir conmigo... Entonces, decidí mirarla y ponerle obvia atención y a reaccionar a su monólogo... me reía cuando era un chiste, ponía cara de preocupación cuando se refería al "feo que ya viene"... Entonces sucedió... Me dijo: "Yo quiere compartir contigo papi..." Mi corazón de padre se derritió y por los próximos 30 minutos vimos una serie de televisión acerca de sirenas adolescentes, mientras comía mandarinas con mi niña de 3 años...
Camila intentó dos veces... Estuvo hablando por bastante tiempo... habló en mi presencia... yo escuché lo que decía... incluso yo interactué con ella, pero ella NO HABLÓ CONMIGO... Solo cuando ME LLAMÓ inició la interacción... No era que yo no quería hablar... era que no me habían invitado a la conversación... Camila tenía el deseo, pero sólo cuando sobrepasó su vergüenza... o orgullo... o lo que fuera... me llamó, me expresó su más íntimo deseo y... yo se lo concedí...
¿No será que muchas veces nos pasa lo mismo con Dios? Oímos versos tales como:
"7 Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. 8 Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre."
Pero, sentimos que a nosotros nunca se nos abre la puerta. ¿No será que hablamos de Dios, pero no hablamos a Dios? ¿No será que estamos en la presencia de Dios, pero aparentamos que no es así viviendo de una manera diferente? ¿No será que hasta conversamos con Dios, pero no permitimos que El converse con nosotros? ¿O será que estamos llamando y buscando en lugares equivocados?
El verso dice que al que llama se le responde, pero ¿qué tal si el verso no sólo se refiere a Dios? Y si quiere decir que cuando llamas al pasado, el responde... Que cuando llamas al dolor, el responde... Que cuando llamas la holgazanería, ella responde... Que cuando pedimos morir, hay algo que realmente muere... Que cuando deseamos el mal de alguien, podemos influir negativamente en esa persona... Que tal si el verso quiere decir, que cuando pedimos y buscamos en lugares equivocados... tendremos nuestra respuesta...
¿Dónde llamas para fortalecer tu fe, o tu vida, o tu relación amorosa? ¿Buscas información o respuesta para tu fe en personas que realmente no creen lo mismo que tu? ¿Haces preguntas acerca de tu relación amorosa a una persona que está amargada y completamente en contra de las relaciones? ¿Dónde llamas? ¿Preguntas acerca de tu fe a amigos que lo único que hacen es burlarse de ti y "demostrarte" que Dios no existe?... Si llamas... te van a responder... no dice que responderá Dios, porque no le estás llamando a El...
Que Dios nos ayude a hacer de El, la única puerta donde busquemos las respuestas, la fuerza... la única puerta donde toquemos, la única fuente donde pidamos... el único donde busquemos... porque Dios es el único lugar donde podemos ser hallados.
JUST SAYING!!!
Dios te bendiga,
Pastor D
David Pimentel
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