Ayer salí al patio con mi hija Camila... Corrimos, saltamos, dibujamos en el piso con tiza, vimos bien de cerca a un conejito salvaje y sacamos la bicicleta y Camila aprendió a pedalear mientras bajaba a toda velocidad por una pequeña colina... Fue muy divertido.
Entramos a casa, pero como todo niño, Camila quería seguir jugando. Mientras nos lavábamos las manos para comer, Camila vio un juego de mesa y me dijo: "¿podemos jugar ese juego?"... Le dije que me diera un momento para preguntar en cuánto tiempo comeríamos y antes de darle una respuesta, me dijo: "Dios dijo que si".
¿Cuántas veces hemos pensado que "Dios dijo que si" y sin embargo las cosas van mal? ¿Cuántas veces hemos pensado que lo que queremos y anhelamos es también lo que Dios quiere y anhela para mi? ¿Cuántas veces hemos pensado que mis deseos finalmente se cruzaron con la voluntad de Dios?
Muchas veces caemos en la seducción de creer que podemos manipular la respuesta de Dios a través de un positivismo... Es cierto que Dios es bueno y quiere lo mejor para nosotros, pero no siempre lo que queremos es lo mejor para nosotros y por eso, como padre amoroso, no nos da lo que deseamos porque no nos conviene... aunque lo declares, lo decretes, lo ates o lo desates...
Sé que no es fácil... Tengo muchas peticiones a las cuales he oído más de una vez un supuesto "SI" de parte de Dios y luego me percato de que no fue así... Por eso te motivo a que te enfoques en las cosas que ya Dios ha dicho que SI.
Dios dijo que SI puedes ser mejor, SI puedes sanar tu matrimonio, SI puedes recuperar tus hijos, SI puedes tener fe, esperanza, amor, paciencia... SI puedes... a través del sacrifico de Jesús, aprovechando la relación con el Padre que Jesús propició y dejándote guiar del Espíritu de Dios...
De esta manera, no es que recibirás más "SI" para lo que deseas, sino que desearás sólo aquello a lo que Dios había dicho "SI" desde antes que pidieras...
JUST SAYING!!!
Pastor D
David Pimentel