Me encantan las mandarinas. Puedo comer 10, 12 hasta 14 mandarinas dependiendo su tamaño. Me encanta todo de ellas. Pelarlas, limpiar los gajos, moder en el centro del gajo para sacar las semillas y luego chupar el jugo de cada gajo. Pero, si eres un comedor fino y exigente como yo, no te gustará que los gajos chorreen jugo en tus manos. Para esto, hay que dominar la técnica de cómo pelar la mandarina.
Si miras la foto, hay dos puntos por los que puedes pelar la mandarina. Uno es donde sale la ramita por donde cuelga la mandarina en el árbol y el otro es la parte de abajo donde tiene una hendidura. Siempre he usado la hendidura porque es mucho más fácil pelar la mandarina por ahí y además, los gajos salen completos y sin chorrear jugo... además de que así me enseñaron en el campo mis amigos.
El sábado en la noche, comencé el proceso de comerme unas mandarinas. Tomé una bolsa de supermercado, coloqué dentro las mandarinas que me iba a comer y me dispuse a pelarlas en la cocina para no afectar a mi esposa Yokasta con el olor de la cáscara.
Inicié como siempre a pelar las mandarinas de la manera más fácil... de pronto me pregunté: ¿Cuál sería el resultado de pelar las mandarinas de manera diferente y arriesgarme a que se "dañe" uno que otro gajo? Para mi sorpresa, el resultado fue que me tomó la mitad del tiempo normal. No lo podía creer, parecía que a la mandarina se le despegaba sola la cáscara. Fue un poco difícil lograr romper inicialmente la cáscara, pero el resultado fue que el proceso en general era mejor y mucho más rápido.
Mi reflexión para hoy es: GIRA LA MANDARINA. Atrévete a girar la manera en que oras. Atrévete a girar la manera en que lees la Biblia. Atrévete a girar la manera en que tratas a las personas. Atrévete a girar la manera en que amas. Atrévete a girar la manera en que sirves en la Iglesia.
No esperes tener resultados diferentes si siempre haces lo mismo. Gira la mandarina de tu vida espiritual y prepárate para que Dios haga grandes cosas y te dé lo que nunca pensaste recibir.
Si miras la foto, hay dos puntos por los que puedes pelar la mandarina. Uno es donde sale la ramita por donde cuelga la mandarina en el árbol y el otro es la parte de abajo donde tiene una hendidura. Siempre he usado la hendidura porque es mucho más fácil pelar la mandarina por ahí y además, los gajos salen completos y sin chorrear jugo... además de que así me enseñaron en el campo mis amigos.
El sábado en la noche, comencé el proceso de comerme unas mandarinas. Tomé una bolsa de supermercado, coloqué dentro las mandarinas que me iba a comer y me dispuse a pelarlas en la cocina para no afectar a mi esposa Yokasta con el olor de la cáscara.
Inicié como siempre a pelar las mandarinas de la manera más fácil... de pronto me pregunté: ¿Cuál sería el resultado de pelar las mandarinas de manera diferente y arriesgarme a que se "dañe" uno que otro gajo? Para mi sorpresa, el resultado fue que me tomó la mitad del tiempo normal. No lo podía creer, parecía que a la mandarina se le despegaba sola la cáscara. Fue un poco difícil lograr romper inicialmente la cáscara, pero el resultado fue que el proceso en general era mejor y mucho más rápido.
Mi reflexión para hoy es: GIRA LA MANDARINA. Atrévete a girar la manera en que oras. Atrévete a girar la manera en que lees la Biblia. Atrévete a girar la manera en que tratas a las personas. Atrévete a girar la manera en que amas. Atrévete a girar la manera en que sirves en la Iglesia.
No esperes tener resultados diferentes si siempre haces lo mismo. Gira la mandarina de tu vida espiritual y prepárate para que Dios haga grandes cosas y te dé lo que nunca pensaste recibir.
JUST SAYING!!!
Dios te bendiga,
1 comments:
Super!!!!!!!!!!!!!! no hay palabras. Ludo Luna
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