lunes, 18 de julio de 2011

¿Clavos? Ah, Po' Martillo

OK. La vida es complicada. Cuando se trata de seres humanos, no podemos buscar un menú y elegir una persona. Todos tenemos diferente carácter, sentimientos, emociones. Simplemente no somos seres simples.

La lectura de hoy es "¿Clavos? Ah, Po' Martillo", porque muchas veces nosotros los cristianos nos hacemos inútiles al tratar de encajar a las personas en los métodos, palabras y sistemas que han "funcionado" con otras personas.

Por ejemplo, todos imitamos la misma forma de orar, la misma manera de vestir, esperamos que todos tengamos los mismos Dones Espirituales, la mismas palabras para infundir ánimo, es como si nuestra creatividad al ser testigos de Jesús se viera limitada a nuestro deseo de adquirir el éxito que ya otro obtuvo, en vez de desear el bienestar de la otra persona. Como si se tratara de la Iglesia con más mecanismos exitosos, no de la Iglesia que tenga más vidas exitosas, hablando obviamente en el sentido espiritual.

Las fórmulas no funcionan. Las fórmulas describen a todos como un cuadro, sin embargo somos un vapor. No hay una forma determinada.

Quiero que reflexionemos con "¿Clavos? Ah, Po' Martillo", porque cuando lo único que conoces es un martillo, todo te parecerá un clavo. Cuando creemos que todo es un demonio, veremos manifestaciones demoníacas hasta en el cielo. Cuando todo lo vemos como falta de fe, llamaremos incrédulo hasta a Abraham, aunque la Biblia lo llame Padre de la fe, y decimos ¿lo que hay es clavos? ah, po' entrémosle a martillazos.

Como creyentes debemos abrir nuestra mente y dejar de encasillar las cosas y las personas en fórmulas. Los procesos, métodos, estrategias, planes, programas, son buenos, pero lo más importante son las personas. Si algo no funciona, se guarda con dignidad y se pasa a una nueva prueba hasta que encontremos la mejor manera de servir a nuestros hermanos y amigos. Recuerda: Jesús no murió por programas... Jesús murió por personas.

Jesús nunca utilizó el mismo sistema. A unos los tocó, a otros los visitó, con algunos comió, a unos le frotó saliva, a otros ni siquiera los tocó, sino que la mujer del flujo de sangre tocó su manto y el Poder de Dios se manifestó. A los fariseos los reprendió y no les pasaba una, sin embargo a la ramera la dejó ir diciéndole: "Si ellos no te condenan, tampoco yo lo haré. Vete y no peques más." Unos milagros fueron hechos en secreto, otros en público. Unos milagros fueron hechos en sus manos, otros en las manos de los discípulos. Hubo enfermos que no murieron, y por otra parte Lázaro estuvo muerto 3 días. A una niña Jesús le habla directamente: "Talitha Cumí", a otra la sana de manera inalámbrica y cuando el padre pide por su sanidad y Jesús sólo dice tu hija está sana.

Oh wait, espera... HAY UNA FORMULA. Si vemos estos casos, ¿Cuál es el elemento que siempre se repite? Jesús...

Encarguémonos de hacer la parte humana, Dios se encargará de la parte sobrenatural. No todos son clavos, ya está bueno de martillar.

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