Cuenta una historia de un anciano que estaba tomando sol a la orilla de la playa. De pronto, se escuchan los gritos de una joven desesperada: "Auxilio!!!! Se ahoga mi amiga". De pronto, el anciano se pone en pie y corre tan rápido como puede al agua. Al llegar allí, salta y comienza a nadar con una destreza impresionante. Alcanza a la jovencita y la lleva hacia la orilla. Luego de darle primeros auxilios, la joven reacciona y el anciano se tira boca arriba en la arena. La joven se acerca y le dice: "Ay señor muchas gracias. No tengo cómo pagarle." A lo que el anciano responde: "Tu tienes cómo pagarme, el que no tiene como cobrar soy yo."
Les cuento éste chiste porque ayer salí con mi esposa Yokasta y mi bebé Camila a dar una vuelta y creo que me encontré con el anciano del cuento. La vuelta se convirtió en espiral y pasamos toda la tarde entrando y saliendo a tiendas. De más está decirles que a Yokasta le encanta ver tiendas, Camila su hija también... y si yo quiero compartir con ellas tengo que ver tiendas.
Yo odio ir de tiendas, a menos que sea a Apple© o cualquier otra tienda de electrónicos... o en la rara ocasión en que se alineen los planetas y entienda que necesito algo de ropa, luego de haber sido "hipnotizado" y convencido por mi esposa para comprarlo "porque lo necesito"... Es que mientras que yo encuentro coqueto un hoyito en las medias, para Yokasta eso es como el hoyo en la capa de ozono... aunque el olor podría ser parte del deterioro de la capa de ozono, pero ese no es el tema. El asunto es que el hombre compra por necesidad, mientras que las mujeres necesitan comprar... LOL. Me matan mis lectoras. Es relajo... Todos somos compulsivos en diferentes áreas. No se molesten flores del cíber-jardín... LOL.
Mientras caminábamos pasó algo interesante. Un señor con más años que el arca de Noé venía caminando de frente a nosotros. Arrastraba los pies, hacía gestos con su cara de que la caminata ya no era muy placentera, con una mano se agarraba la espalda, con la otra mano se daba golpecitos bajo el corazón, mientras que con los ojos daba golpecitos al trasero de unas jovencitas que iban delante.
Me hice varias preguntas: ¿Estaba ese señor sexualmente activo como para sentir algún placer con lo que veía? De no estar sexualmente activo, ¿Por qué miraba a esa jovencita? ¿Cómo pueden las mujeres respirar teniendo esos pantalones puestos? ¿Acaso la mirada de ese señor nos daba un vistazo a su corazón?
Como hombre puedo decirles que es muy complicado salir a las calles en este tiempo porque las mujeres dejan poco a la imaginación. No lo digo por ofenderlas. Al que le sirva el sombrero, que lo use para cubrirse algunas partes del cuerpo. Pero en medio de todo recordé un verso que me recomendaron en mi tiempo de mayor lucha con la pornografía y hoy se los comparto:
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
"1Hice pacto con mis ojos, ¿cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?"
Aunque es un tema que se nos achaca a los varones, me pregunto si las mujeres también deberían hacer un "pacto" o contrato con sus ojos. Tal vez, no para librarse de ver hombres, pero para librar sus ojos de llenarse con cosas que le prometen un valor que sólo Dios puede darles. Pienso en prendas, perfumes, ropas, zapatos... Un sin fin de cosas, porque la mujer mira cosas para comprar, pero el hombre compra cosas para mirar mujeres.
Es una gran debilidad que compartimos. Como los ojos son las ventanas de nuestro corazón, esos grandes secretos y grandes necesidades que tenemos guardados en los más profundo, se escapan por nuestros ojos y buscan alivio en donde reposa nuestra mirada.
Mi reflexión de hoy es que más temprano que tarde hagamos un pacto con nuestros ojos para mirar sólo lo que es puro y lo que nos edifica como personas. Mantengámonos vigilando nuestros ojos porque dice la Palabra de Dios:
Traducción en lenguaje actual (TLA)
"22-23Los ojos son el reflejo de tu carácter. Así que, tu bondad o tu maldad se refleja en tu mirada."
¿Recuerdas qué es carácter? "Decidir hacer lo bueno antes de tener la oportunidad de hacer lo malo". Si queremos ser personas de carácter, tendremos que aprender a tener ojos saltones que reboten cuando choquen de algo que no deben ver. Por testimonio les digo, al principio es difícil, pero con el tiempo te acostumbras y poco a poco, verás cómo se te limpia el cerebro.
Espero que siempre nos veamos bien, pero que no sea a costa de la santidad y la integridad de las personas alrededor. Recordemos que es una batalla y que todos nos debemos el respaldo de protegernos. Muchachas cuiden a los muchachos no mostrando más de lo moral. Dejen espacio para la imaginación. La ropa interior se llama interior por algo. Muchachos, respeten a las muchachas. Compren la ropa de su talla y no se pongan esas camisas que les dibujan los molleros, además los pantalones muy apretados le hacen daño a los hombres... LOL.
Vigilemos nuestros ojos para que no sean vagabundos, pero a la ves no hagamos vagabundos a otros atrayendo sus ojos. Dejémonos de vagabunderías.
How do I look? No sé, pero sí se, how do I look...
JUST SAYING!!!
Dios te bendiga,
Pastor D
David Pimentel
2 comments:
Bueno el que tenga ojos para leer que lea y lo ponga en practica, la vida cristiana se trata de eso estilos de vida, actitudes, y esta es una de las tentaciones diarias a las cuales nos enfrentamos dia a dia en nuestro mundo. Habran quienes por no llevarse de su consejo les costara tener que seguir el consejo de Jesus y sacarse los ojos para entrar al cielo ya que mirar o codiciar a quien no es su conjugue es lo mismo que adulterar y aya no entraran los adulteros, pero hay que ver si amamos mas a Dios que el placer que produce la codicia de lo prohibido. Oh si hemos descubierto nuestra identidad en aquel que nos creo y por ende no necesitamos tener la necesidad de atraer la mirada o atencion del sexo opuesto para sentirnos importantes.
esto es algo que pocas veces se confrota y es tan comun. muy bueno!
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