Imagen cortesía de www.TheBostonChannel.com. |
No se asusten. Los de la foto no somos nosotros.
La celebración de fin de año fue tremenda. Comimos, alabamos a Dios, recibimos Palabra de Dios, juntos oramos despidiendo el año y recibiendo el nuevo, jugamos, cantamos, hicimos chistes y terminamos a las 5:00 a.m. con un rico chocolate caliente.
Luego de recoger todo y, por "mala suerte" tener un atraso de unos 10 minutos por tener que volver a entrar a la Iglesia a buscar algo que se nos había quedado, nos dispusimos a manejar los 40 minutos desde la Iglesia hasta nuestro hogar... sólo que en dos carros diferentes. En uno, mi esposa Yokasta y mi hija Camila... En el otro yo... ni modo.
Después de manejar por unos 10 minutos a una velocidad extrañamente prudente, Yokasta me llamó por teléfono: "¿Porqué vas tan lento?"... "Porque quiero ir despacio porque estamos cansados y tenemos mucho sueño", le contesté.
10 minutos más adelante hubo una disminución drástica en la velocidad de un par de carros que iban delante... Cuando nos dimos cuenta, estábamos a sólo 2 carros de el carro accidentado que ven en la foto de arriba. Aún la policía no había llegado... Sólo una grúa protegía la escena... Un par de minutos llegó la policía... Increiblemente, la persona que conducía ese vehículo, estaba desaparecido.
La policía cambió el sentido del tránsito en nuestro lado del Highway y por un par de millas manejamos en vía contraria para salir de nuestra ruta habitual debido a que el accidente con el que encontramos se había convertido en una investigación criminal.
En el desvío, le pedí a mi esposa que usara el GPS para que nos llevara a casa por otra ruta... Eso no sucedió. Por un buen rato, estuvimos dando vueltas y siempre terminando en el bloqueo policial. Entonces tuve una brillante idea: "Preguntarle a un State Police que obviamente estaba molesto por tener que estar en el Highway en el día de año nuevo"... Lo digo por la manera injusta, desconsiderada y grosera con la que me gritó que me comprara un mapa, alejándose de mi hablando de como "esta gente no-americana siempre causa problemas"... Otro State Police con menos mala actitud me ladró que siguiera recto e hiciera una izquierda en la siguiente luz.
A este punto, el cansancio y la queja bailaban vals al son de mi incomodidad en palabras desatinadas. De pronto me llegó a la mente la siguiente frase: "Tarde, pero vas a llegar. El o la del carro rojo ni siquiera aparece". Fue ahí que entendí que hay un propósito en todo. Que Dios nos había "retrasado" para librarnos del accidente de la foto de arriba.
Si dejara la reflexión en lo que he escrito hasta ahora, sería injusto, pero más que todo estaría incompleta porque no fue hasta 5 minutos después de esa frase en mi mente que Dios me completó el mensaje.
A menos de una milla, mi esposa y yo continuábamos hablando por teléfono porque le estaba compartiendo el derroche de mala educación, calidad humana y falta de empatía que había visto en nuestro "servidores públicos"... De repente, Yokasta me dice con voz desesperada: "More, more, more... Ay Dios mío". Desde el primer "more", supe que algo andaba mal y la miré por el espejo retrovisor central para presenciar como el carro donde viajaban mi esposa Yokasta y mi niña Camila resbalaba en hielo y daba un giro completo, chocaba contra la acera y en vez de volcarse, (tal y como el carro rojo del accidente), Dios mismo la subió a la acera y la estacionó en medio de 2 postes de luz y un par de árboles. Inmediatamente dí un giro a la "dominicana" y me estacióne, para correr a ver a mis mujeres... Gracias a Dios todo bien. Camila seguía durmiendo y Yokasta, aunque envuelta en llanto y hecha un manojo de nervios, repetia vez tras vez "Gracias Señor, Gracias Señor, Gracias Señor...."... Ambas estaban ilesas.
"Tarde, pero vas a llegar. El o la del carro rojo (del otro accidente), ni siquiera aparece, según las noticias "Saltó del Carro". Vas a llegar porque Yo les dirijo y cuando las cosas salgan mal y tu camino se tuerza, Yo enderezaré tu camino". Yokasta y yo pensamos tantas cosas... Sobre todo en la beba. Ella no ha iniciado a vivir... Pero también pensamos en nosotros y todo lo que Dios ha prometido que hará con nosotros, en nosotros y a través de nosotros. Entonces entendimos, el llamado y las promesas de Dios nos dan la seguridad de saber que no nos puede pasar nada fuera de la voluntad de Dios y fuera del cumplimiento de lo que El tiene para nuestras vidas. Fue una sensación chévere... Hasta nos sentimos privilegiados del llamado de Dios.
Su llamado nos protege... si es que sabemos cuál es... Esto no es teología nueva, ni una nueva secta que me estoy inventando, pero sólo recuerdo las palabras que Jesús repitió vez tra vez: "Mi tiempo no ha llegado".
La de hoy es una reflexión incómoda: ¿Ha llegado tu tiempo?... ¿Cómo saberlo?... Las respuestas son realmente sencillas... ¿Ha cumplido Dios lo que te prometió?... ¿Sabes cuál es la promesa de Dios? ¿Sabes qué es eso que Dios quiere hacer contigo?
Para Dios no hay accidentes... Sólo propósito. Todos estamos dentro de Su propósito... La pregunta es: ¿Sabes cuál es Su propósito para ti?... Saberlo te dará una mejor idea de lo que has vivido, lo que estás viviendo y lo que vivirás... pero sobre todo, le dará sentido a los "accidentes" en tu vida.
No seas un accidente... Vive a propósito.
JUST SAYING!!!
Dios te bendiga,
Pastor D
David Pimentel
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