Dios nos había dado uno de esos milagros cotidianos que no siempre valoramos. Mi esposa Yokasta y yo hemos tomado la decisión de celebrarlos y motivar a nuestra hija Camila que celebre con nosotros... A Camila le encanta todo lo que tiene que ver con celebrar... Saltaba y gritaba "Gloria a Dios"... "Te amo Jesús"... Nosotros la mirábamos con llanto en los ojos.
Me preguntaba: ¿Será que Camila conoce a Dios? ¿Será que en su corazoncito comenzó a crecer una semilla de fe y confianza en Dios... amor por Dios? ¿Ama Camila a Dios o el Concepto de Dios?
Camila ama el concepto de Dios por lo que ve en nosotros o porque nos ve amarlo, pero eso no necesariamente quiere decir que ha experimentado a Dios. Camila ora todas las noches sola y con nosotros... Dios ha hecho cosas para y por Camila que Yokasta y yo le hemos explicado... Por ejemplo, que nos llegue un dinero inesperado y podamos hacerle un regalo o llevarla a un lugar de diversión que ella ha estado deseando ir... entonces le hacemos saber que Dios nos bendijo y la motivamos a dar gracias...
El asunto es que recordé el tiempo en que yo vivía como Camila. Vivía a expensas de la fe de otros, de la alabanza de otros, de la Biblia que otros leían, de la alegría de otros, de las celebraciones de otros... pero en realidad, no tenía una relación con Dios. Anhelando hablar con fulan@ para que me hable de la Biblia. Anhelando oír a mengan@ cantar para experimentar parte de su devoción. Anhelando estar con sutan@ para esucharlo orar.... Espiritualidad prestada.
Ser motivado por la fe de otro está bien, pero debe ser un empuje a una devoción que ya está en marcha en tu vida. Anhelar que alguien te hable de su experiencia con la Biblia debe enriquecer tu vida de lectura de la Palabra, no sustituirla... ni siquiera con un blog de reflexiones como Just Saying. El canto de un adorador debe motivarte a cantar aún más, no escuchar solamente... La alabanza colectiva es buena, pero tenemos que recordar que pasamos la mayor parte del tiempo solos... y finalmente debemos anhelar orar CON alguien y no sólo que alguien ore POR nosotros... Imagina que triste sería que para conversar con tu padre tuvieras que buscar un intermediario siempre.
Busquen al Señor y Su fortaleza; busquen Su rostro continuamente.
A leer, a cantar, a orar... por nosotros mismos... o ¿acaso tus bendiciones quieres que se las manden a tu intermediario? Jajaja... A relacionarnos y a derramar nuestro corazón delante del Padre... Es bueno que tengamos un concepto de Dios, pero lo importante es que tengamos una relación con Dios.
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