El miércoles pasado, mi esposa Yokasta tuvo una cirugía para extraer las amígdalas. Ha tenido una recuperación satisfactoria, pero muy dolorosa. Para sobrepasar la cirugía, Yokasta debe mantenerse en silencio por 2 semanas y en reposo por 2 meses.
Para los que conocemos a Yokasta, sabemos que eso es una quimera, porque Yokasta sin hablar es decir: Yokasta sin respirar, pero lo hemos logrado más o menos, a través de señas, mensajes de texto y en el peor de los casos susurrando. Pero, la clave para soportar el dolor ha sido el medicamento que debe tomar cada 4 horas. Casi de manera inmediata anestesia la parte operada, relaja los músculos y provoca sueño para que Yokasta duerma.
MIENTRAS TANTO pasan las 4 horas, ella necesita comer trocitos de hielo para prolongar la anestesia y gelatina para aminorar el ardor, pero ambas sólo provocan un corto alivio. Unos segundos después de haber comido hielo, pierde el alivio. Unos segundos después de haber comido gelatina, pierde el alivio. Es sólo cuando experimenta el medicamento real cada 4 horas, que hay un alivio estable y real.
Mi reflexión para hoy es: ¿Cada qué tiempo vas a la presencia de Dios para que El anestesie tu dolor? ¿Cada qué tiempo tienes un encuentro con tu Dios para que relaje tus músculos de todo problema o tensión de esta vida? ¿Cada qué tiempo vas a Tu Dios para dormir en Sus brazos, seguro de que El te cuida como a hijo amado? ¿Qué estás comiendo MIENTRAS TANTO para aliviar tu dolor? ¿Comes trocito de novio, o alcohol, o drogas, o ropa, o comida? ¿Qué haces MIENTRAS TANTO?
Es de suma importancia que planifiques tus encuentros con Dios. No tienen que ser cada 4 horas, puede ser menos tiempo, puede ser más tiempo... Tu decides, pero ten pendiente algo... lo que hagas MIENTRAS TANTO, nunca debe sustituir el verdadero deleite que sólo da la presencia de Dios... y sobre todo, no te dejes engañar por lo que pasa MIENTRAS TANTO... recuerda que lo que recibes MIENTRAS TANTO es pasajero, pero lo que recibes en la presencia de Dios es eterno.
13 —Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed —respondió Jesús—,14 pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.
JUST SAYING!!!
Dios te bendiga,
Pastor D
David Pimentel