martes, 15 de septiembre de 2015

Destilando Aroma


"Wow!!! Su carro huele muuuuuyyy bien", me dijo una cliente que recogí... Me puso a pensar... "Ya yo no siento el olor", pensé... Aún si hago un esfuerzo, se me hace difícil percibir el perfumador en mi carro.

Muchas veces nos sucede así... "Que linda familia tienes"... "Wow, eres tan inteligente"... "Me encanta como bailas"... "Que voz tan hermosa tienes"... Aroma... Aroma que destilamos... y las personas lo disfrutan... Perfumamos sus vidas... "Que increíble madre eres"... "Cocinas delicioso"... "Me siento tan bien cuando converso contigo"... "Eres tremendo consejero"... Hacemos mejor los momentos de algunos... pero la mayor parte del tiempo, no recordamos nuestro olor...


María, su otra hermana, tomó una botella de un perfume muy caro y perfumó los pies de Jesús. Después los secó con sus cabellos, y toda la casa se llenó con el olor del perfume.


Como María en esta historia, disfruta tu olor... porque cuando destilas ese hermoso y agradable perfume, Dios recibe gloria... cuando haces mejor la vida de alguien al perfumarla con tu trato, Dios recibe la gloria... cuando alivianas la carga de alguien, Dios recibe la gloria... cuando das esperanza a alguien, Dios recibe la gloria... Está en ti... Dios lo puso en ti... Permítete percibirlo... Disfruta de ese aroma especial y singular que Dios te dio... Rodéate de quienes lo valoran y disfrutan... Rodéate de quienes más lo necesitan, aunque no lo entiendan así... Pero sobre todo, recuerda que Dios te ha impregnado de una fragancia muy especial y singular... Solo tu haces lo que tu haces... Solo tu eres tu... Solo tu voz suena como la tuya... Solo tu corazón late como el tuyo... Solo tu puedes compartir tu historia... Vamos! Sigue Destilando Aroma y llena cada casa con el olor de tu perfume... Por mayor que sea la tentación, no hiedas... Tu eres mejor que eso.


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