martes, 1 de abril de 2014

El Reloj de Pared

Después de que una persona pesa cierta cantidad de libras corporales, uno pasa a atarse los cordones de los zapatos sentado... Como estoy entre los que se sientan para ponerse los zapatos, generalmente lo hago sentado en el mueble y a mi derecha, en la pared, tuvimos por un buen tiempo, un reloj de pared grande. Si conoces a mi esposa Yokasta, sabrás que ya ese reloj no está en ese lugar.

Ayer, mientras me ponía las medias y mis zapatos, giré la cara a mi derecha, confiado de que iba a encontrar la hora, en aquel reloj, en el mismo lugar... Pero no fue así... La pared está vacía... El reloj de pared no está ahí.

¿Has tenido esa experiencia con Dios? ¿Por un buen tiempo has mirado al mismo lugar y has encontrado a Dios? ¿Estás acostumbrado a encontrar a Dios colgado siempre en el mismo lugar? ¿Se ha hecho tu búsqueda de Dios mecánica e inhumana? ¿Tienes a Dios colgado en un mismo lugar?

La Biblia nos dice que Dios no cambia, pero nunca dice que Dios no cambia de lugar... Lo primero es que Dios es un ser espiritual y trascendental y por consiguiente, limitarlo a un lugar no es sólo tonto, es irreal.

Con dinamismo, dedicación, creatividad y perseverancia, debemos aprender a buscar y ver a Dios en todo, porque aunque Dios no es todo, Dios está en todas partes... Literalmente todo puede ser usado por Dios para hablarnos... Literalmente Dios puede usar todo y a todos como pizarrones para enseñar...

La decisión es nuestra... Debemos liberar en nuestras mentes a Dios de una expresión o demostración específica, para que podamos ver a Dios en todo lo que nos sucede...

Dios no es un reloj de pared... Descuélgalo... Ya una vez lo colgaron a un cruz y la cruz no lo soportó... Lo encerraron en una tumba y la tumba no le contuvo... No busques a Dios siempre en la misma pared, porque puede ser que, tal y como el reloj de mi casa, ahora esté en la pared contraria.

"11 Entonces Dios le dijo: 'Sal afuera de la cueva y párate delante de mí, en la montaña.'

En ese momento Dios pasó por ahí, y de inmediato sopló un viento fuerte que estremeció la montaña, y las piedras se hicieron pedazos. Pero Dios no estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto. Pero Dios tampoco estaba en el terremoto.12 Después del terremoto hubo un fuego. Pero Dios tampoco estaba en el fuego. Después del fuego se oyó el ruido delicado del silencio. 13 Cuando Elías lo escuchó, se tapó la cara con su capa, salió y se quedó a la entrada de la cueva. En ese momento Elías escuchó una voz que le preguntó: '¿Qué estás haciendo aquí, Elías?' "

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