Feliz de estar de vuelta. Bendecido de caminar con ustedes.
Estamos en tiempo de tormenta. De hecho, estoy escribiendo apresurado para guardar juguetes de Camila que están en el patio, proteger las puertas, etc. Las noticias nos previenen de vientos fuertes y lluvias que causarán inundaciones. Su nombre: Sandy... Casi la "Tormenta Perfecta" por su complejidad climática...
De la misma manera, estas últimas semanas han sido igual de tormentosas para un amigo nuestro en República Dominicana. Todo inició como el cruce entre la oportunidad y la posibilidad de cumplir uno de sus más grandes sueños... ¿El proceso? Lágrimas... tristeza... cansancio... depresión... desesperación... Similar a los discípulos de Jesús en la barca:
24 Todavía estaban navegando cuando se desató una tormenta tan fuerte que las olas se metían en la barca. Mientras tanto, Jesús dormía. 25 Entonces sus discípulos fueron a despertarlo: —¡Señor Jesús, sálvanos, porque nos hundimos!
26 Jesús les dijo: —¿Por qué están tan asustados? ¡Qué poco confían ustedes en Dios! - Jesús se levantó y les ordenó al viento y a las olas que se calmaran, y todo quedó muy tranquilo.
¿Cómo podía Jesús dormir en medio de la tormenta? ¿Qué tan grande podía ser el barco? La Biblia dice que "las olas se metían en la barca." ¿Será que Jesús tenía el sueño pesado? ¿Será que Jesús estaba muy cansado? o ¿Será que Jesús estaba muy CONFIADO?
Con toda delicadeza, respeto y consideración, los discípulos se acercan a Jesús y le gritaron: "Señor Jesús, sálvanos, porque nos hundimos!"... Por tan sólo despertarme así, yo no les concedo el milagro, pero Jesús es diferente: No pierde la calma, da una lección de vida y concede el mal pedido milagro.
Nuestro amigo en Dominicana nos permitió ser parte de su lucha en las últimas semanas de la "oportunidad de su vida". El sabía lo que tenía que hacer, sabía cómo hacerlo, estaba más que capacitado para hacerlo y siendo totalmente honesto, sus adversarios no eran problema... el problema era que nuestro amigo estaba "EN EL OJO DE LA TORMENTA". Mi esposa y yo lo supimos, por eso fuimos delicados con el... Nosotros no estábamos en su tormenta... Veíamos y sentíamos su desesperación y dolor, pero además veíamos TODO lo que tenía a su favor... Como Jesús.
Hoy Jesús nos dice: "Yo estoy fuera de tu tormenta... No porque no me importa, sino porque yo veo más allá... Yo estoy fuera de tu tormenta, pero contigo en tu barca... Todo se solucionará y mejorará porque YO estoy contigo..."
La solución no es que no hayan tormentas. Las tormentas siempre estarán... Las tormentas son necesarias. La solución no está en salvarse de la tormenta... La solución real es procurar que Jesús esté con nosotros en la barca de nuestra vida y en vez de ver los embates del viento, mirar a Jesús liberando paz a través del ronquido de Su cuerpo cansado... Pon tus ojos en Jesús y experimenta la paz que permite dormir, aún cuando las olas de tus problemas parecen inundar tu vida... Mira a Jesús descansar, no en la barca, no en medio del "cuidado" de sus discípulos... sino en los brazos de SU Padre celestial.
Yo tengo mis tormentas... Y a veces le grito a Dios: "Me ahogo", pero rápido aseguro la colcha de mi amado carpintero, acomodo su almohada y seco las gotas de desesperación que le haya tirado en mi desatino... Me siento a su lado y lo escucho dormir... No porque no le importa, sino porque no importa el tamaño de la tormenta, sino el tamaño de mi Dios... y si El está en la barca, sé que no moriré.
Oh! Por cierto, ¿Mi amigo? Cumplió su sueño. Ganó la competencia de actuación de la cual fue parte por 4 largos meses presentándose cada domingo a nuevos retos. Glorificó a Dios y hoy está celebrando su gran premio... sentado en la orilla mirando el mar y esperando la próxima tormenta.
JUST SAYING!!!
Dios te bendiga,
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