“Y Dios le ordenó: —Toma a tu hijo, el único que tienes y al que tanto amas, y ve a la región de Moria. Una vez allí, ofrécelo como holocausto en el monte que yo te indicaré. Abraham se levantó de madrugada... junto con dos de sus criados y su hijo Isaac, se encaminó hacia el lugar que Dios le había indicado.” Genesis 22 : 2 - 3 (NVI)
Que Dios tan exigente y confuso. “Entrega a tu hijo, tu único, al que amas, ve a tierra de Moriá y ofrécelo como holocausto (ofrenda quemada en un altar) en un monte que yo te diré... al menos esto podríamos pensar...
A sus 100 años, Abraham recibe una promesa. Sara tenía 90 años. Tendrán un hijo. 25 años más tarde, Issac nace. Como dice la canción "Puedo imaginarme" el momento. Mi niña es un "Issac", un milagro que produce risa. Una niña que Dios puso en un matrimonio estéril... Risas, saltos, alegría, lágrimas, abrazos... He estado allí.
Donde no he estado es donde Dios "cambia de parecer" en 2 versículos. No he estado donde Dios “tarda 25 años en cumplir su promesa”. Donde Dios pide algo que se interpreta como: “Asesina a tu hijo, quémalo en mi presencia mientras cantas alabanzas a mi y luego ve a tu casa y sigue adelante con tu vida”. Que duro suena.
Creo firmemente que Dios no rompía su promesa, sino que ponía su tesoro, Issac, en tierra segura... ponía la esperanza de naciones en el lugar correcto...
Sé que Dios conoce el futuro y sabía lo que sucedería... De hecho, por eso confió en Abraham como uno de los padres terrenales para Jesús... Y si Abraham metía la pata, o más bien metía sus deseos, o sus sueños, o su corazón, y pusiera estas cosas por encima de Dios, Dios orquestaría la solución para que Su nombre no fuera avergonzado.
Moría quiere decir desambiguación... Dejar atrás la doble vida, doble moral, doble sentido, doble finanzas, doble espiritualidad...
Hoy medito:
- No en la fidelidad de Abraham.
- No en los 100 años sin hijos, muriendo sin raíces en la tierra.
- No en la promesa de romper la esterilidad.
- No en los 25 años en la sala de espera del salón de milagros del cielo.
- No en la petición de asesinar a tu hijo pre-adolescente.
Quiero meditar en la siguiente pregunta: Si Dios me hablara una madrugada, ¿Qué me pediría que trajera al altar?
Creo que el altar estaría lleno de dinero, televisores, video juegos, pecados ocultos, posiciones laborales, sueños silentes... definitivamente habría una que otra esposa o esposo... sin dudar habrían cuerpos esculpidos por horas de ejercicios. Habrían Iglesias... Producciones musicales... novias... DVDs pornográficos... quizá un par de zapatos de un niño indigente... malas palabras... una forma de vestir... una prenda para decorar nuestro cuerpo... un tatuaje...
Me pregunto, ¿Cuántos Issac del siglo 21 estarían allí?
Cuando una madrugada Dios vio la gravedad del pecado del mundo... en Su altar... estaba Jesús... Su respuesta fue: Jesús... Su holocausto fue Jesús... No hubo un ángel que detuviera el cuchillo... La respuesta a la pregunta de Jesús: ¿Por qué me has abandonado? Fue un silencio tan profundo y negro como el peor de nuestros pecados... La respuesta de Dios en los labios hinchados y temblorosos de Jesús fue: Consumado es... Ya está... Transacción completada... Download Completed... Done!!!... Está hecho...
“Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso” Mateo 11:28 (NVI)
Y tú, ¿Qué traerías al altar?
Mi Oración:
Señor, perdóname porque sé que mi altar estaría lleno de cosas importantes, pero nunca imprescindibles... Reconozco que sólo te necesito a ti y que cómo dice Tu palabra: cuando busque primeramente Tu reino y Tu justicia, todo lo demás será agregado... No porque recibiré todo lo que quiero, sino porque las cosas tendrán su justo valor... agregado...
Gracias porque Abraham no se negó a entregar a su hijo.... Gracias porque tampoco Tu lo hiciste y por eso, Jesús nació... y vivió... y murió... y mucho más resucitó... clavando en la cruz la maldición de la muerte y regalándome la posibilidad de construir, guiado por Tu Espíritu una relación con el Padre.
JUST SAYING!!!
Dios te bendiga,
Pastor D
David Pimentel