Ayer estuve podando nuestros árboles florales. Había retrasado el proceso por unas 3 semanas porque sabía que era mucho trabajo pues había mucho por podar, además de que el proceso es incómodo... para quien poda y para el podado.
Empecé cuidadosamente con el árbol que menos trabajo necesitada, pero luego llegué al último árbol. Tenía cerca de 9 tallos saliendo del tronco... algunos tenían aspecto negro, otros color madera y otros mezcla de color madera y verde... siendo sincero, había retrasado la poda porque los tallos, aunque secos, hacían que los florales se vieran más llenos o abultados.
Decidí podar el último y más maltratado de los árboles. Inicialmente tomé los tallos negros y los corté en varios lugares para ver si había algo que salvar... no había nada que buscar. Así fue con los otros 7 tallos hasta llegar a un retoño fuerte y con un verde intenso que se abría paso entre la mortandad... luego de sentir tristeza por cortar tanto del árbol, ese retoño me dio esperanza de lo que viene.
“Yo soy la vid verdadera, y Mi Padre es el viñador. 2 Todo sarmiento que en Mí no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto."
"Podar" nuestra vida es una parte dolorosa, pero necesaria. En este verso, podemos ver que Jesús es la vida, o sea el tronco del árbol y que nosotros somos los sarmientos o pámpanos o ramas de las cuales los frutos serán producidos.
Cuando la rama da fruto, ese fruto debe ser podado para que la savia que viene a través del tronco no sea desperdiciada en ramas secas y esos frutos reciban todos los nutrientes necesarios para completar su proceso.
Muchas veces permitimos que el árbol de nuestras vidas se llene de ramas secas. Situaciones, relaciones, dolor, amargura... ramas secas que abultan nuestras vidas, pero que sólo absorben todo lo bueno y no dan paso a que la savia llegue a los frutos reales.
Hay cosas que no se solucionan, sólo hay que cortarlas. Podar es molestoso pero necesario para continuar con el proceso de crecimiento. Poda el árbol de tu vida de manera regular para que las ramas secas no te roben de las fuerzas necesarias para dar los frutos que sólo TU puedes dar.
Por otro lado, las ramas secas pierden las flores, pierden las hojas, pierden hasta el color, PERO NUNCA pierden las espinas... ¿No será por eso que las personas se alejan de ti? No es lo mismo pincharse con una espina por acercarnos a una flor, que pincharnos con una espina de una rama seca.
JUST SAYING!!!
Pastor D
David Pimentel
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