No me crucifiquen... terminen de leer y luego me crucifican...LOL. Ah! y por cierto, voy a volver a hablar de Camila... no lo puedo evitar, pero Dios la usa mucho para hablarme... incluso, hay algo que digo desde que ella es pequeñita y es que siento que Dios me mira a través de sus ojitos.
Ayer en la mañana, cuando me preparaba para salir a trabajar, escuché el gritico de emoción de mi niña Camila... y le dijo a mi esposa Yokasta: "Ese e' papito". Ya saben... se me aflojaron las rodillas y todo lo demás. Fuí a la habitación y me la comí a besos.
Mi niña quiere aprovechar cada segundo que estoy en la casa porque salgo temprano en la mañana cuando todavía duerme y en las noches llego tarde y sólo tenemos tiempo para cenar y jugar un poco. Por esto, Camila APROVECHA al máximo mi tiempo con ella. Me pide que la cargue, ve un poco de televisión conmigo, pintamos, armamos rompecabezas, me pinta las uñas, me pone mousse en el pelo, me abraza, baila conmigo, se sube en mi espalda para hacer caballito, me canta canciones, toca la batería mientras yo canto en el micrófono, me hace perseguirla por toda la casa... es mejor que una clase de aeróbicos o Zumba.
El asunto es que cuando estamos juntos, Camila no pierde un segundo y me llena de sus actividades... Ella pone los temas... Sus temas... Ella me involucra en su vida, en sus cosas, se me sienta en las piernas y me toma la mano y la pone en sus piernitas buscando una caricia, me acaricia la barba y me dice: "'Ta puya papito". No es que ya no quiere a mamita, es que ahora es tiempo de papito.
Al despedirme para ir al trabajo, Camila entró en pánico. No sabía cómo decirme que me quedara. Me invitó a jugar, a ver television, me pidió que la cargara, se abrazó de mamita para no ver cuando me iba, pero al final hizo algo que me dio una gran lección. Me dijo: "Quere Toile Papito".
Camila es una niña muy adaptable y realmente brillante. Tiene sólo 2 añitos y medio, pero hace cosas de un niño mayor que ella. Según los doctores, tiene un adelanto intelectual de 1 año. Sin embargo, por alguna razón que Yoky y yo no entendemos, a Camila no le gusta sentarse en el inodoro (Toilet en inglés o Toile en Camilés). Llora con histeria para que la quiten o intenta bajarse ella misma. Le hemos preguntado al doctor y lo que nos dice es que ella tiene otros intereses y que cuando hacer sus necesidades en el pañal desechable se convierta en un problema, ella sabrá lo que debe hacer.... y realmente al verla manejar el iPhone y el iPad, cualquiera le perdona que aún no quiera ir al "Toile".
Camila me enseñó hoy que con tal de estar con Papito, ella se sentaría en el "Toile"... Que con tal de que la presencia de su papito, su olor, su barba que "puya", su espalda para hacer caballito, no se vaya... ella aceptaría hacer cualquier cosa... incluso sentarse en el "Toile".
Escribo con lágrimas en los ojos, porque muchas veces nosotros no queremos abandonar nuestras comodidades y preferencias, con tal de compartir unos minutos más con papito Dios. No somos capaces de sacrificar un poco de sueño y levantarnos de mañana, con una mente fresca, con unos labios descansados, con un corazón no agitado y regalarle nuestros primeros momentos.
¿Cuántos "Toile" tenemos en nuestra vida que no estamos dispuestos a aceptar, aún si estos significaran un momento más con papito Dios? Hay momentos con Dios que sólo se van a suscitar sentados en un "Toile"... en un lugar de vergüenza, de tristeza, de incomodidad, de insatisfacción... ¿Cuán dispuestos a sacrificarnos estamos para tener un poco más de tiempo con papito Dios?
Muchos pasamos toda una semana alejados e ignorando a Dios y visitamos la Iglesia el domingo, dejándole la carga a los cantantes para que como "Cheerleaders" o "Porristas", nos inyecten vida... y al pobre Pastor... uy! a ese le encomendamos que nos enseñe la Biblia, pero sin ofendernos... que nos hable de un dios, pero no de Dios. Todo eso, mientras texteamos, chequeamos Facebook y Twiteamos que la hermana Cundinga vino mal peinada nuevamente... sin contar las veces que se nos va la mente a otros lugares y hasta de manera descarada nos dormimos.
Durante una semana miramos con actos de desprecio a Dios y esperamos en un culto experimentar algo que simplemente no existe... Tratamos de cantar las canciones, seguir los aplausos y los gritos de júbilo y todas las barbaridades que se nos ocurren a los que dirijimos alabanza, pero nos sentimos incómodos, porque no estamos acostumbrados a estar con papito Dios.
Sé que hoy los sorprendo con un mensaje duro y pesado, pero no quiero que nadie se ofenda... por lo menos, no más de lo que yo mismo me ofendo al escribir estas verdades... Lejos de ofender, quisiera motivar primero en mi y luego en todos los que se me acercan, la necesidad de priorizar ese tiempo precioso con Dios. No sólo en la Iglesia, porque siempre digo que lo que sucede en la Iglesia es una celebración de lo que hemos vivido y experimentado con Dios durante la semana... Hablo de valorar el increible privilegio que tenemos de poder buscar, hablar y compartir de Dios. Otros como el Pastor Yousef Nadarkhani arriesgando su vida con tal de no negar su fe.
Hay un verso de la Biblia con el cual quiero cerrar. Es un verso que aparenta confuso y hasta cierto punto nos puede parecer injusto:
Ahora es el momento oportuno: ¡busquen a Dios!; ¡llámenlo ahora que está cerca! (Isaías 55:6 TLA)
Este verso, lejos de ser confuso, es muy claro: "Ahora es el momento oportuno". Son las excusas, las peores enemigas de la devoción a Dios. Son los "no puedo", los "estoy cansado", los "es un proceso", "es que mi pasado", "es que soy así", "es que tu no entiendes", los "Dios entiende". Si... Dios entiende... El entiende que no es nuestra prioridad. Son las excusas las que abren los abismos que nos separan de la naturaleza misma de vivir que es Dios.
Tampoco este verso es injusto. Dios ha estado buscándonos por miles de años, ha hecho todo lo necesario para que no haya separación o más bien, para que cualquier separación sea desecha, sacrificio tras sacrificio, día tras día, milagro tras milagro, es Dios quien nos ha buscado y nos busca cada momento. Aún lo malo que nos pasa, son situaciones que Dios permite para llamar nuestra atención. Además, si cada vez que alguien quiere compartir contigo, tu le rechazas... ¿Qué crees que pasará? Ya lo he dicho antes, esa es la misma esencia del infierno. Pasamos toda la vida pidiéndole a Dios que nos deje tranquilos y el infierno es precisamente eso. Dios diciéndonos: "Te concedo tu deseo."
Amigos lectores, que no nos pase un día más sin apreciar los momentos que podemos invertir en buscar el rostro de Dios... Aunque tengamos que decirle "Quere Toile Papito", es incómodo y no me gusta, pero por estar contigo haré eso y más... porque Jesús hizo lo mismo por mi.
JUST SAYING!!!
Dios te bendiga,
Pastor D
David Pimentel
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