miércoles, 10 de diciembre de 2014

Distancias

Hoy tuve una cita muy temprano... 7:30 de la mañana... y digo muy temprano porque vivo a 25 minutos del lugar de mi cita... pero con viento, lluvia y nieve, los minutos se multiplican como los panes y peces en la Biblia... Llegué temprano al estacionamiento, no sin antes notar que mi cita era en un edificio vecino de otro edificio donde había tenido una cita unos meses atrás... Mientras que ambas citas estaban relacionadas con trabajo, el tipo de trabajo no era el mismo... Uno es el trabajo de mis sueños, la cita de hace meses... El de hoy es sólo trabajo... no malo, pero no el de mis sueños...

Según una encuesta, aproximadamente 8.9% de las personas a nivel mundial tienen el trabajo que deseaban cuando niños... 21% tienen un trabajo que al menos se relaciona al trabajo de sus sueños... El resto... Muchas veces nos vemos a 8 horas de distancia de nuestros sueños... 8 horas diarias que nos distancian de lo que podamos alcanzar a hacer al salir... 8 horas largas de realidad que nos separan de nuestros sueños placenteros... Nuestra pasión... El lugar maravilloso donde se va nuestra mente... Pero tenemos que esperar... 8 horas... en ocasiones más...

En otros casos, son otras las distancias que nos separan de la mejor versión de "nosotros"... Del "nosotros" feliz y realizado... A veces estamos a una relación amorosa de distancia de la relación amorosa de nuestros sueños... A veces estamos a una deuda de distancia de nuestra situación económica ideal... A veces estamos a un par de noches de lágrimas solitarias de distancia de el "yo" que sonríe... A veces estamos a una conversación de distancia... A un "perdóname" de distancia... A una llamada... Distancias... 

Habrá distancias que podrás recorrer cuando estés listo... Otras distancias las recorrerás para ver si estás listo... Y otras, las más duras, las recorrerás para descubrir que no estabas listo... Distancias...

Quisiera decirte que en Dios tendrás todo lo que quieres, pero no puedo, porque eso es mentira... Pero si quiero decirte que en Dios tendrás todo lo que necesitas... y durante la espera de esas distancias que poseemos, se genera una de las preguntas más importantes: ¿Seguimos esperando o simplemente dejamos de esperar que en algún momento nuestros sueños nos despierten en la realidad deseada?

La respuesta sonará diferente para cada uno, pero la respuesta de Dios es sencilla... "El Reino de Dios se ha acercado"... La mayor distancia de todas, es la que colocamos entre Dios y nosotros... Distancias inexistentes porque Dios está en todas partes, pero distancias al fin, tan poderosa que termina alejándonos de la razón misma para la cual nacimos.

Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

En Jesús, Dios recorrió la distancia más larga y tortuosa con la finalidad de abrir el camino de vuelta a casa... La distancia del pecado... Estrechó las distancias para que ya no estemos distantes... Porque en definitiva, las distancias más largas y difíciles, son las distancias emocionales, psicológicas y espirituales... 

Mientras nos acercamos a Dios, nos convertimos en embajadores de ese nuevo Reino... Nos convertimos en promotores de esa deseada cercanía... Y siendo Dios nuestro Padre, ¿no te parece que El comenzará a estrechar y hasta borrar esas distancias que te han separado de quien debes ser?... El Reino de tu Padre es la mayor garantía de caminar a la mejor versión de ti... Y aunque sientas que quien debes ser no es quien quieres ser, cuando te conviertas en esa debida persona, habrás querido hacerlo antes.

Sigo a 8 horas de distancia del trabajo de mis sueños, pero descanso en la más bella promesa: "Emmanuel: Dios con nosotros"... Dios está conmigo y porque El está, se que cada día estoy cerrando más y más distancias... Distancias propias y ajenas.

Pero busquen primero Su reino y Su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.

JUST SAYING!!!

Si vives en Boston y no tienes una comunidad de creyentes con quien reunirte ("Iglesia"), te invitamos a que nos visites en "Connected Lives" (Vidas Conectadas). Nuestras reuniones son en las casas, todos los viernes a las 7:30p.m. Si quieres que te visitemos y hagamos una reunión en tu casa, sólo déjanos saber... Será un honor servirte. Más información: 617-318-7422 y 617-407-2381.

Este viernes 12 de diciembre estaremos en 7114 Crane Brook Way, Peabody, Ma 01960.

Ven y hagamos vida juntos... Seamos la Iglesia...

lunes, 8 de diciembre de 2014

El Asiento Vacío

Hay un asiento vacío en el autobús. No por falta de pasajero, sino porque el pasajero hoy ocupa otro lugar. No la conozco bien. De parada en parada, muy raras veces, cruzamos mirada y una mueca disfrazada de sonrisas... Por decencia... Dos o tres veces por semana... Sumergidos en nuestros teléfonos, ocupábamos asientos vecinos... Vecinos geográficos, pero distantes en esencia... Lejos, ocupados... ¿Ocupados? Distraídos... Traídos a distancia de donde nuestra atención debió estar... Uno que otro saludo... Y a la distancia al bajar del autobús, una discreta e inocente despedida...

Hay un asiento vacío en el autobús... Al conocer aquella joven, mi esposa y yo la amamos... La admiramos... Por su fortaleza y corazón puro... Por su dulzura... En ocasiones rompía las conexiones electrónicas para preguntarme por mis niñas o para mostrarme una foto de ellas que había tomado la última vez que las vio... Ella ama a mis niñas... Orgulloso, tomaba mi teléfono y le mostraba alguna otra foto... Sus hermanitas también se acercaban para verlas... Pero hoy su asiento está vacío... Y más que su ausencia en el autobús, me duele su presencia en un hospital lejano... Dormida... Dando tiempo al tiempo para ver si el tiempo le da tiempo... Esperando En Dios y esperando A Dios... 

Hay un asiento vacío en el autobús Paula, pero no hay un lugar vacío en la mente y corazón de Dios... Con cuidado te cuida y te mima mientras duermes... Y mientras esperamos... Por un instante, has entrado en esa eternidad que nos esperas... ¿Quizás hablas con Dios? ¿Quizás Dios te habla?... No lo se... Sólo sé que mientras tu cuerpo duerme inerte junto a tu familia y amigos que esperamos orando... Tu alma vuela y juega en la eternidad prometida... 

Sigue luchando Paula... Abre tus ojitos... Todavía te restan muchos días en el autobús de la vida... Muchos sueños por transportar... Muchas fotos por tomar... Muchas risas por compartir... Mientras tu consciencia se ausenta y mientras tu atención está prestada, esperamos y el calor de tu cuerpo y tu dulce rostro nos da esperanza. Te esperamos Paula... Y te amamos...

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Ven y hagamos vida juntos... Seamos la Iglesia...

jueves, 4 de diciembre de 2014

Luces

Estaba colocando las luces al árbol de Navidad cuando las horas tropezaron con mi cabeza y el cansancio se me coló por las pupilas... El peso de la hora relajó mi cuello y como que me dormí con ojos abiertos... Estaba bien cerca del árbol y se me ocurrió tomar una fotografía (la que está arriba)... Mientras enfocaba y buscaba un ángulo para la foto, noté algo... Cuando movía el teléfono de un lado al otro percibí que de había luces que sólo veía al cambiar de posición... No estaban apagadas, sólo estaban cubiertas... Su luz alumbraba y adornaba el árbol, pero la bombilla no estaba visible para mi... 

Hay momentos, en nuestra oscuridad... en nuestro cansancio... cuando el estrés y el desánimo hacen peso en nuestra cabeza... que no podemos ver algunas de las luces que adornan nuestro árbol... No las despreciamos, pero tampoco las apreciamos... y a la larga, eso es despreciarlas... Falta de luz, no en nuestro ambiente, sino en nuestros ojos... Ausencia de luces, no porque desaparecieron, sino porque estamos distraídos...

La Navidad es un tiempo de luces... Blancas, azules, rojas, verdes, amarillas... Pero también es tiempo de oscuridades privadas... íntimas... Luces que no se apagan pero que quedan cubiertas por nuestras dudas, sueños, planes, pérdidas... de hecho... al mirar detenidamente nuestro árbol, veremos bombillas que no sólo están cubiertas, sino que efectivamente están apagadas... Ya no están... y son esas oscuridades aisladas, las que en ocasiones pueden llevarnos a obviar toda la luz en el árbol de nuestras vidas...

Hace unos años, había una luz aparentemente apagada en nuestro árbol... Distraídos por esa aparente carencia, nuestra fe palideció y se nos hizo pequeña la esperanza... Pero en momentos diversos, aparentaba como si, de alguna manera, aquella luz aparentemente apagada, iluminaba los rincones de nuestra alma cuando movíamos nuestras cabezas... Esa luz aparentemente ausente... Supuestamente apagada... De una manera u otra matizaba los colores de nuestro árbol... Es la luz de Dios... y hace unos dos mil años, Su luz paralizó su eternidad y rompió todas las dimensiones a través del llanto de un bebé... y desde un rincón oscuro del mundo, Su luz iluminó a todos alumbrando, no sólo nuestra oscuridad, sino mostrándonos la procedencia de nuestra luz prestada...

Presta atención... Inclina un poco tu cabeza... Enfócate... Mira cada rincón de tu árbol... Mira entre la oscuridad... Mira incluso entre las luces... Si te topas con una bombilla apagada, da gracias por el tiempo que estuvo encendida y por la manera en que adornó tu árbol... Sigue mirando... Hay una luz... Te ha acompañado siempre... Es la luz de Dios... de Su Hijo Jesús... de Su Espíritu... Nunca te han dejado... Aún cuando no la has podido ver directamente... Han dado color a tu vida... y en tus momentos oscuros, Su luz nunca se apagó y si en medio de la oscuridad has podido ver, es porque Su luz ha estado...

Que la luz de Jesús brille en cada uno de nuestros corazones en esta Navidad y recordemos que Navidad es Jesús... Que en medio de los regalos no olvidemos EL REGALO... Que en medio de las fiestas no olvidemos CELEBRARLO... Que en medio de las reuniones no olvidemos REUNIRNOS CON EL... Que en medio de la euforia no olvidemos CONTEMPLAR aquel oscuro establo que se llenó de luz... Que en medio de la urgencia no olvidemos DETENERNOS frente al niño de Belén... y recordar que Dios entregó EL REGALO más preciado y que por 33 años no hubo CELEBRACION en el cielo porque el Hijo de Dios había venido a REUNIRSE con nosotros para CONTEMPLAR nuestro dolor y con su luz perdonarlo, sanarlo y redimirlo...

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